Un proyecto de la UVa convierte los desechos ganaderos en energía
Los investigadores han diseñado una planta para la cooperativa vallisoletana Vazaeco que garantiza el autobastecimiento de su consumo eléctrico.
Los residuos ganaderos han dejado de ser un problema para convertirse en una fuente de posibilidades para los que los generan. La cooperativa vallisoletana Vazaeco, de Valladolid, encargó a la Universidad de Valladolid el proyecto de una planta para producir biogás, a través del tratamiento del estiércol para transformarlo en energía eléctrica y conseguir una rentabilidad económica para la empresa, según publica Diario de Soria.
Dos investigadores y profesores del departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente de la UVa se hicieron cargo del proyecto en el que comenzaron a trabajar de manera coordinada entre las Escuelas de Ingenierías Agrarias de Valladolid y Soria.
«El proyecto era muy interesante», explicó Guillermo Quijano, el responsable en el campus de Soria y profesor en la escuela de Agrarias. El reto era importante porque la cooperativa agropecuaria posee un millar de cabezas de vacuno de leche y es una de las principales abastecedoras de la firma lechera Pascual. Los volúmenes de desechos ganaderos que genera la explotación son bastante considerables, «por lo que, a priori, pensamos que el proyecto era posible», puntualizó Quijano.
La cooperativa ganadera produce del orden de 85 toneladas diarias de estiércol. Un volumen suficiente para garantizar que la empresa, que también cuenta con importantes consumos de electricidad para el sistema de riego de sus cultivos, se pueda autoabastecer de energía eléctrica a través del biogás que produciría gracias a la transformación del estiércol de sus propias vacas.
Los estudios que realizaron los investigadores de la UVa (Guillermo Quijano e Israel Díaz) confirmaron y demostraron que las previsiones iniciales eran factibles. Han diseñado una planta transformadora que permite a la empresa producir electricidad que puede emplear en su propio consumo. Dado el volumen de residuos ganaderos que genera Vazaeco, tendría excedente de energía que podría vender a la red si lo estimase pertinente. Además, tras este proceso de transformación la empresa todavía podría aprovechar los residuos que quedan (los digestatos) como fertilizantes para los suelos agrícolas porque se demostró que tenían una elevada concentración de nutrientes.
La investigación comenzó con la toma de muestras de estiércol en los establos para conocer al detalle las características químicas y físico-químicas de los residuos. Quijano explicó que la gestión de cada explotación es diferente, tanto por la alimentación del ganado, como por la disolución a la que se somete al estiércol y su tiempo de almacenamiento. Estos usos influyen directamente en las características de los desechos y las propiedades que tienen para producir metano, componente fundamental para la producción de biogás. Todas las pruebas se realizaron en los laboratorios y «fueron determinantes para decidir el tipo de digestores que necesitaba la planta que hemos diseñado», agregó Quijano.
La investigación determinó que la planta proyectada puede hacer frente de sobra al autoconsumo energético de la cooperativa, que está en torno a los 135 kilowatios/hora, cada hora. Sin embargo, las conclusiones que se obtuvieron sobre la viabilidad económica del proyecto, en lo que se refiere al retorno de la inversión no fueron tan alentadores. La construcción y la puesta en marcha de la planta supondría una inversión cercana al millón de euros que sería rentable si las primas por producción de las energías renovables en España estuviesen en los ratios de otros países europeos.
Guillermo Quijano puntualizó que en la mayoría de países europeos, explotaciones ganaderas del volumen como Vazaeco o incluso más pequeñas, tienen sus plantas de biogás en funcionamiento para autoconsumo de energía. Además las empresas eléctricas están obligadas a comprar el excedente que se paga con tarifas preferentes y gozan de ventajas fiscales, «aquí sí que resulta viable económicamente plantas de estas características», dijo Quijano. En definitiva, el proyecto técnico que realizó la Universidad para la cooperativa ganadera resultó muy viable desde el punto de vista técnico, pero no tanto desde el punto de vista económico,porque se topó de frente con la actual legislación del sector de las energías renovables en España, que en los últimos años ha retirado los apoyos a esta alternativa a los combustibles fósiles, algo incomprensible para este investigador, porque España se aleja de los objetivos marcados por la UE en el programa Horizonte 2020, año en el que se quiere incrementar en un 20% la producción de las energías renovables.
Quijano subrayó la necesidad de seguir avanzando en la investigación de proyectos que ofrezcan soluciones medioambientales a la eliminación de los residuos y planteen a la vez rentabilidades económicas atractivas para ganaderos de Castilla y León, ante el importante peso que tiene el sector en la Comunidad. Recordó que la optimización de los residuos agroindustriales forma parte de una de las líneas de la Estrategia Regional de Investigación y Desarrollo de Castilla y León.
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