Ponencia sobre la carne de cerdo en el IV Congreso Internacional y X Nacional de la AEC

La Dra. Monereo ha destacado que la carne de cerdo “puede formar parte de la dieta de personas con diferentes situaciones como obesidad».

En el marco del IV Congreso Internacional y X Nacional de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), tuvo lugar una ponencia sobre la carne de cerdo y sus recomendaciones de consumo titulada “Evidencia científica del consumo de carne y salud. Nuevas aportaciones saludables de la carne de cerdo de capa blanca”. Esta conferencia, donde se ha presentado la Guía de Recomendación de la Carne de Cerdo de Capa Blanca, ha sido impartida por la Dra. Susana Monereo, Jefe Servicio de Endocrinología y Nutrición Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

Esta guía es un documento de consenso que tiene como objetivo fomentar el conocimiento de las propiedades y los beneficios de la carne de cerdo de capa blanca entre los profesionales de la salud, posicionándola de esta forma como un alimento adecuado para incluir dentro de una alimentación equilibrada.

“La carne de cerdo de capa blanca y sus productos derivados aportan proteínas, necesarias para el crecimiento y el desarrollo normales de los huesos en los niños; vitaminas del grupo B, que ayudan a disminuir el cansancio y la fatiga; y minerales como el hierro, que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario”, ha destacado la Dra. Monereo. Asimismo, “los cortes magros del cerdo pueden empezar a introducirse en la alimentación de los niños a partir de los 6 meses de edad».

Los cortes magros de la carne de cerdo, como el lomo, “son productos bajos en grasa con un perfil lipídico saludable, ya que el 40% de ésta es monoinsaturada, lo que hace de esta carne un producto muy recomendable dentro de la Dieta Mediterránea”, ha argumentado la Dra. Monereo. Por lo tanto, no son adecuados sólo en la infancia, sino también en todas las etapas de la vida. En otras etapas como la adolescencia, “la carne de cerdo resulta fundamental debido a los grandes requerimientos de nutrientes necesarios para culminar el desarrollo mental y físico”. En este sentido, su principal interés radica en el “aporte de proteínas, hierro, zinc y vitaminas del grupo B”.

Asimismo, debido a su contenido en grasa, los cortes magros de la carne de cerdo y los productos cárnicos magros, como el lomo embuchado o el jamón cocido, pueden contribuir a aportar a la dieta de las personas mayores todos los nutrientes necesarios. Las proteínas que contiene “resultan necesarias para conservar la masa muscular y mantener los huesos en condiciones normales”, ha afirmado Monereo.

Por último, la Dra. Monereo ha destacado también que, debido a sus propiedades nutricionales, la carne de cerdo “puede formar parte de la dieta de personas con diferentes situaciones como obesidad o enfermedades cardiovasculares”.  

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