Oier, el Charolés que ha alcanzado el precio máximo en Zafra

El animal, propiedad de José Tello Jiménez, partió de 3.500 euros y alcanzó los 4.400 euros en su remate

La Feria Internacional Ganadera de Zafra, que ha cerrado sus puertas con un balance positivo que ha superado las expectativas que se tenían para esta edición, celebró el 3 de octubre la tradicional Subasta Nacional de Ganado Vacuno, puja en la que un animal de raza Charolesa alcanzó el precio máximo registrado en dicha subasta.

Se trata de Oier, Subcampeón de la raza en el Concurso Morfológico celebrado en el marco de FIG Zafra y propiedad de José Tello Jiménez, de Ibahernando (Cáceres), que, partiendo de 3.500 euros alcanzó un remate de 4.400 euros.

SOBRE LA RAZA

Esta raza bovina es conocida en el mundo entero bajo el nombre de su lugar de origen, la región de Charollais en el Departamento de Saöns-Loire en Bourgogne, Francia.

Los criadores distinguen dos variedades raciales, a pesar de que la legislación todavía no las recoge como tales: el tipo explotación o crianza (cuya importancia radica en el proceso selectivo) y el tipo cruzamiento (utilizado como potenciador de la producción de carne en otras razas, donde es muy valorado por su precocidad).

El Catálogo Oficial de Razas de Ganado incluye a la raza bovina Charolesa en el Grupo de Razas Integradas en España. Oficialmente clasificada como raza integrada en España, debido a su plena integración en nuestra cabaña bovina.

La raza Charolesa agrupa animales ortoides, hipermétricos, y longilíneos. De gran formato corporal (hembras 700-900 Kg. y machos de 1.000 Kg.), su conformación es compacta y simétrica, presentando las líneas superior e inferior del cuerpo rectas y paralelas.

Los cuernos son de sección circular, alargados y de color blanco. Su capa es característica, blanco uniforme con posibles variantes hacia el crema, e incluso hasta el trigueño, con mucosas rosadas.

La raza Charolesa se caracteriza por su robustez, aprovechamiento forrajero, elevado índice de transformación y por ser una raza paternal ideal en el aspecto genético.

Considerado como ganado selecto, su manejo se basa en la monta natural (inseminación artificial sólo en sementales sobresalientes), régimen colectivo de manada, vigilancia a distancia y comederos selectivos para terneros. El sistema de explotación es mixto, pastoreo de naturaleza variada, dependiendo del hábitat en el que se encuentren, y raciones complementarias en épocas restrictivas.

Su dotación morfo-fisio-constitucional la sitúa como arquetipo ideal de los bovinos de aptitud cárnica, permitiéndole obtener unos rendimientos cárnicos muy elevados, tanto en cantidad como en calidad. Es la raza con mejor comportamiento en cebadero, logrando excelentes índices de conversión y ganancias medias diarias.

Sus productos en el mercado abarcan un amplio abanico de pesos y edades, destacando el macho de 15 a 16 meses que una vez destetado, se finaliza con alimentación intensiva. El vacuno mayor, en un plano secundario, proporciona unas carnes rojas de gran calidad.