El Parlamento Europeo aprueba la nueva legislación sobre controles oficiales en industrias alimentarias
La frecuencia de los controles estará vinculada a los riesgos que un producto o proceso presente en relación con varios factores
El Parlamento Europeo ha dado el visto bueno finalmente al nuevo Reglamento sobre controles oficiales, propuesto por la Comisión Europea, para mejorar los controles sanitarios realizados por los Estados miembros. El Reglamento, cuya ponente parlamentaria ha sido la europarlamentaria Karin Kadenbach, contiene un conjunto de medidas que fortalecerán el cumplimiento de las normas de salud y seguridad para toda la cadena agroalimentaria. Las nuevas normas tienen por objeto modernizar y simplificar el sistema europeo de control para garantizar la seguridad de los alimentos en la Unión Europea a lo largo de toda la cadena agroalimentaria, según publica Eurocarne Digital.
Según Kadenbach, “estoy especialmente orgullosa de que el Parlamento lograra reforzar la cuestión del cumplimiento, sobre todo en lo referido a las sanciones por infracciones intencionadas de la legislación. Confío en que la existencia de penas verdaderamente disuasorias será clave para combatir el fraude”, agregó.
El comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, ha manifestado tras la adopción de este reglamento que «los ciudadanos de la UE se beneficiarán de productos más seguros y de un sistema de controles más eficaz y más transparente. El paquete también proporciona reglas más sencillas, científicas y basadas en el riesgo, que permiten procesos más eficientes para las empresas. Por último, a las administraciones nacionales se les dan los poderes y herramientas para llevar a cabo sus tareas con mayor eficacia. Con esta nueva legislación se reafirma la posición de liderazgo mundial de la UE en el ámbito de la seguridad alimentaria. También abre el camino al establecimiento de los tan esperados centros de referencia para el bienestar animal».
En esta nueva reglamentación se han establecido normas comunes para toda la UE con el fin de prevenir, eliminar o reducir el nivel de riesgo para las personas, los animales y las plantas a lo largo de la cadena agroalimentaria. Los controles oficiales, realizados por las autoridades competentes de cada Estado miembro, sirven para comprobar si estas normas se aplican correctamente.
Las nuevas reglas revisan el sistema actual y proporcionarán un marco único para todos los controles oficiales a lo largo de la cadena agroalimentaria. Las empresas y las autoridades se beneficiarán de la reducción de las cargas administrativas, procesos más eficientes y controles reforzados. Los consumidores se beneficiarán de una mayor transparencia en la forma en que se llevan a cabo los controles para garantizar la inocuidad de los alimentos y unas normas elevadas en materia de sanidad vegetal, salud y bienestar de los animales y para prevenir el fraude.
En la nueva reglamentación se ha ampliado el ámbito de aplicación del Reglamento anterior, en particular para abarcar las normas fitosanitarias y de subproductos animales. Establece normas más específicas para varias áreas ya cubiertas, como por ejemplo la salud y el bienestar animal. También permite a la Comisión adaptar los requisitos de control a las necesidades específicas de aplicación de cada sector. Un ejemplo importante es el establecimiento de frecuencias mínimas de control cuando los riesgos lo justifiquen.
Los operadores en todas las fases de producción, transformación y distribución que manejan animales, plantas, alimentos, piensos, bienes, sustancias, materiales o equipos se rigen por las nuevas normas. Los controles se realizarán sin previo aviso, a menos que sea necesario.
Con este enfoque basado en el riesgo, la frecuencia de los controles estará vinculada a los riesgos que un producto o proceso presenta con respecto al fraude, la salud, la seguridad, el bienestar de los animales o, en ciertos casos, el medio ambiente. Otros factores incluidos en la evaluación del riesgo son, por ejemplo, el historial de cumplimiento del operador o la probabilidad de que los consumidores sean engañados acerca de las propiedades, la calidad, la composición o el país de procedencia del alimento.
Dichos controles específicos liberarán recursos para centrarse allí donde sea necesario dar prioridad. Las nuevas normas también exigen una mayor transparencia y una mayor responsabilidad de las autoridades de los Estados miembros, que también están obligadas a publicar informes anuales.
El establecimiento de normas transparentes para el cálculo de las tasas de los controles oficiales garantizará que los Estados miembros puedan garantizar una financiación adecuada de sus servicios y que los operadores puedan evitar ser sobrecargados por estas tasas.
En cuanto a los alimentos provenientes de terceros países, se aplicará un conjunto común de normas a los controles efectuados en los puestos de inspección fronteriza (PIF). La frecuencia de dichos controles estará ajustada según el riesgo a través a un sistema informatizado modernizado para la gestión de datos e información sobre los controles, canalizará los recursos a los riesgos. Por lo tanto, este nuevo sistema será menos oneroso para las autoridades de aplicación y la industria.
Otro punto a destacar es la creación de un Documento Común Sanitario de Entrada (CHED) para los envíos procedentes de terceros países.
En cuanto al bienestar animal, el Reglamento exige que se establezcan centros de referencia a nivel comunitario que ayuden a los países de la UE en sus controles oficiales mediante la realización de estudios científicos y técnicos, cursos de formación y difusión de resultados de investigación e información sobre innovaciones técnicas. También proporcionarán la experiencia científica y técnica de los métodos para evaluar y mejorar el bienestar de los animales.
El Reglamento se aplica a los controles oficiales de las normas sobre bienestar de los animales, en aspectos relacionados con el transporte y sacrificio, permitiendo la adopción de la legislación de la Comisión para adaptar los requisitos de control oficial a las necesidades específicas del bienestar animal, como la introducción de indicadores de bienestar animal.
Por último, el nuevo Reglamento de Controles Oficiales entrará en vigor 20 días después de su publicación. Las normas se introducirán gradualmente para dar a los países de la UE y la industria el tiempo necesario para adaptarse.
Tras el primer año de su publicación entrarán en vigor las normas relativas a la designación de los laboratorios europeos de referencia (EURL) y los centros de referencia de la UE para el bienestar de los animales.
Desde el 14 de diciembre de 2019, estará en vigor el alcance, las definiciones, las normas para las autoridades competentes, la financiación de los controles oficiales, la asistencia administrativa, el muestreo y el análisis (con algunas excepciones para fitosanitarios) y las medidas de ejecución de las autoridades competentes.
Finalmente, en un periodo máximo de 6 años estarán en vigor las normas para los controles de importación, los residuos de sustancias presentes en los alimentos y piensos y el bienestar de los animales.
Además, el nuevo Reglamento sobre controles oficiales se modificará y complementará con otras normas más específicas.
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