Debate ‘La economía circular y sus efectos en la cadena alimentaria’ de Agrifood
La cadena alimentaria acogió expectante las propuestas planteadas en el evento sobre este modelo económico.
Este miércoles se ha celebrado en el Hotel Ritz de Madrid el debate ‘La economía circular y sus efectos en la cadena alimentaria’, organizado por Agrifood Comunicación. A través de esta jornada, que ha contado con una gran acogida de público, se ha podido trasladar a todos los eslabones de dicha cadena, así como a las administraciones públicas y grupos políticos, la necesidad de generar un cambio de modelo económico que supere el modelo lineal actual y que permita avanzar hacia otro más sostenible y circular.
Así, el debate contó con las intervenciones del director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), Fernando Burgaz; el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja; la directora general de Sigfito Agroenvases, Rocío Pastor; y el director de Responsabilidad Corporativa y Comunicación de Calidad Pascual, Francisco Hevia.
Tras la bienvenida, Fernando Burgaz comenzó advirtiendo de la necesidad de desarrollar y adoptar políticas como la economía circular en un contexto de limitación de recursos y cambio climático, entre otros hándicaps. “De cara a 2050 deberemos aumentar la producción de alimentos un 70% para poder alimentar a 9.110 millones de personas en todo el mundo”, apuntó. Esto se traduce en que “en los próximos 50 años tenemos que producir más alimentos que en los anteriores 500”. Burgaz señaló, asimismo, que actualmente se desperdicia un tercio de la producción total de alimentos.
El director general de Industria Alimentaria puso el foco en dos de las actuaciones promovidas desde el Ministerio que caminan en la senda de la economía circular: la estrategia ‘Más alimento, menos desperdicio’, contra el desperdicio alimentario -“en España se desperdician 25,5 millones de kilos de alimentos a la semana”; y el Programa para la sostenibilidad integral de la industria agroalimentaria, que tiene en la herramienta de autoevaluación de la sostenibilidad e-SIAB su principal instrumento, junto con la plataforma Redsostal.es.
“Solo es posible tener una cadena de valor sostenible si los operadores de la cadena son sostenibles”, concluyó Burgaz.
Por su parte, el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja, inició su intervención señalando que 2015 fue “un buen año para el desarrollo sostenible”, gracias a la adopción de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 en las Naciones Unidas y al acuerdo histórico de lucha contra el cambio climático alcanzado en la Conferencia sobre el Clima, en París (COP21).
“La economía circular persigue que el valor de los recursos naturales se mantenga en el tiempo”, definió Calleja, quien defendió que crecimiento o competitividad y respeto por el medio ambiente no son conceptos antagónicos. De hecho, aseguró, en base a estudios de la propia CE, que la implantación de este modelo puede elevar un 30% la productividad de las empresas, incrementar el Producto Interior Bruto y generar puestos de trabajo, además de los evidentes beneficios medioambientales.
El director general de Medio Ambiente de la CE puso además de relieve la importancia del sector agroalimentario español dentro del tejido empresarial del país (300.000 empresas, en su mayoría pymes), y la gran oportunidad que supondría para todas ellas el uso eficiente de los residuos. Para trabajar en esa dirección, Calleja señaló la relevancia de la información, la divulgación y la concienciación de todos los eslabones de la cadena e incidió en la de la lucha contra la generación de residuos, en particular de los embalajes (“en 2050 habrá más plásticos que peces en mar”).
“La innovación será clave para llegar a los objetivos planteados por la economía circular. En este campo, España está haciendo un buen trabajo. Es el desafío más importante que tenemos ante nosotros en los próximos años”, finalizó Calleja, que recordó la movilización de fondos que está llevando a cabo Bruselas para facilitar a las empresas la adopción de este modelo.
A continuación, la directora general de SIGFITO, Rocío Pastor, y el director de Responsabilidad Corporativa y Comunicación de Calidad Pascual, Francisco Hevia, aportaron la experiencia de sus empresas en la aplicación de los principios de la economía circular y su influencia en la producción y en la cadena de valor.
Para Pastor, “la economía circular no es nueva en agricultura. El agricultor siempre ha reutilizado los recursos naturales”. Por lo tanto, se trata de “volver al pasado, a una economía que estaba demostrado que funcionaba”.
Hevia, por su parte, puso de manifiesto la importancia del diálogo con los diferentes grupos de interés (ganaderos, consumidores, etc.) a la hora de “co-crear” productos más eficientes e hizo un llamamiento a la colaboración de todos los eslabones de la cadena alimentaria en la aplicación de la economía circular.
La jornada contó también con la intervención de otras personalidades, como fue el caso del director del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), Manuel Laínez, que quiso destacar la estrategia española de bioeconomía, muy en la línea con la iniciativa de la CE en materia de economía circular.
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