La Raza Ovina Lojeña inicia su análisis del ciclo de vida

El Corto de Loja dedica un artículo a este estudio, que pretende reflejar el tipo de sistema ganadero que se realiza en la raza, así como las repercusiones que tiene sobre la diversidad y el desarrollo sostenible

El periódico El Corto de Loja ha publicado un artículo sobre un proyecto puesto en marcha por la Asociación de Ganaderos Criadores de la Raza Ovina Lojeña del Poniente Granadino (ACROL) titulado “Estudio para el cálculo del ciclo de vida de los productos procedentes de la Raza Ovina Lojeña y su difusión”. Del texto recogemos lo siguiente:

«La Asociación de Ganaderos Criadores de la Raza Ovina Lojeña del Poniente Granadino, motivada por mostrar a la sociedad la repercusión de su trabajo y el beneficio social y medioambiental que realizan al explotar su raza, han iniciado un Análisis del ciclo de vida de los productos procedentes de la Raza Ovina Lojeña. Financiado con Fondos Europeos solicitados al GDR del Poniente Granadino por parte de la Cátedra de ganadería ecológica Ecovalia-Clemente Mata de la Universidad de Córdoba, este estudio quiere reflejar el tipo de sistema ganadero que se realiza en la raza lojeña, así como las repercusiones positivas del mismo sobre la biodiversidad y el desarrollo sostenible.

Este análisis tiene como epicentro mostrar que este sistema ganadero realiza un aprovechamiento de los recursos naturales de la Sierra de Loja, así como de otros parajes similares del sur de España, por parte de una raza autóctona capaz de desarrollarse en entornos que no podrían ofrecer otro tipo de producción agropecuaria y su repercusión medioambiental. Es importante que la opinión pública integre la gran cantidad de diferencias que engloban la ganadería intensiva y este tipo de ganadería extensiva. La ganadería intensiva produce alimentos con una gran dependencia de energía fósil y de inputs, así como realiza un gran consumo de materias primas importadas, mientras que la ganadería extensiva produce alimentos de gran calidad, en menor cantidad y con formatos que pueden más heterogéneos, pero que depende casi en su totalidad de los recursos aprovechables del territorio y con un escaso consumo de energías no renovables, siendo extremadamente respetuosa con su entorno.

Es importante destacar el hecho de que este territorio cuente con una raza autóctona propia, como es la Oveja Lojeña. Este recurso natural, aunque pueda parecer común, y de hecho en España contamos con muchas razas autóctonas, es un activo del cual la población debería de estar orgullosa. Las razas autóctonas son razas que se han desarrollado en un territorio determinado y que han ido consolidándose para ser capaces de realizar un aprovechamiento de los recursos naturales que ofrecen las condiciones medioambientales del mismo. Estas razas se consideran reservorios genéticos ya que se han forjado a lo largo de los años y han generado resistencias naturales frente a patógenos endógenos de sus territorios, así como capacidad de aprovechamiento de los recursos vegetales de los mismos. Se trata de razas de gran rusticidad y que pueden transformar en proteína animal, vegetación no apta para el consumo humano. Este tipo de razas autóctonas contribuyen a la consecución del Objetivo 2 de los 17 ODS, Hambre cero, porque su explotación puede ofrecer alimentos procedentes de territorios donde otro tipo de razas no podrían sobrevivir ni transformar».

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