Villablino rinde homenaje a su legado ganadero en el marco de la Subasta de Asturiana de los Valles

La jornada estuvo marcada por el reconocimiento a la Ganadería Casa Paulino y el homenaje póstumo a José Luis Prendes

Villablino volvió a erigirse este fin de semana en referente ganadero del norte peninsular con la celebración de la Subasta Nacional de la raza Asturiana de los Valles, encuentro que cada año congrega a ganaderos, técnicos y vecinos en torno a esta emblemática raza del campo astur-leonés.

Además de la tradicional puja de ejemplares y las actividades técnicas, la edición de 2025 estuvo marcada por dos reconocimientos que pusieron de relieve la historia y las personas que han sustentado el sector durante décadas.

Reconocimiento a la Ganadería Casa Paulino

La Ganadería Casa Paulino, de Caboalles de Abajo, recibió un homenaje por ser la explotación más antigua del municipio inscrita en la Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Asturiana de los Valles (ASEAVA). La familia, visiblemente emocionada, destacó su compromiso con la cría en pureza y con el desarrollo rural de la comarca de Laciana, donde la ganadería continúa siendo un pilar económico clave.

Homenaje póstumo a José Luis Prendes

El acto incluyó también un homenaje póstumo a José Luis Prendes, de Casa Sarafo (Manzaneda, Gozón), recientemente fallecido y socio fundador de ASEAVA. Prendes fue un referente en la mejora genética de la raza y en la profesionalización del sector. Su viuda, María Florentina Fernández, sus hijos, Alfonso y Fernando, y su nieta Morgana agradecieron el reconocimiento que une Asturias y León bajo la misma pasión ganadera.

Una cita que refuerza la identidad rural

Organizadas con el apoyo de ASEAVA, el Ayuntamiento de Villablino y asociaciones locales, las jornadas dedicadas a la Asturiana de los Valles en Villablino subrayan el papel de la ganadería como motor económico y cultural. La subasta no solo dinamiza el mercado de animales de alto valor genético, sino que también fortalece los lazos entre generaciones, pueblos y comarcas.

Laciana, tierra de pastos y memoria, demuestra una vez más que la ganadería es mucho más que una actividad productiva: es una forma de vida profundamente arraigada en la identidad de sus habitantes.