Su nombre proviene de su cara acortada, con ejes craneofaciales convergentes, y a su especial localización en la Comunidad Murciana, donde se la consideraba prácticamente desaparecida, siendo recuperada y reintroducida gracias a un exitoso programa de conservación. Su origen se encuentra encuadrado en el tronco Mediterráneo, a partir del cual se configuró una raza murciana primitiva o cerdo murciano, cuya explotación siempre estuvo ligada a la huerta levantina. La formación del actual Chato Murciano, fue la consecuencia lógica del desarrollo de las industrias cárnicas de la zona, que originó la difusión de un tipo de cerdo mejorado por el cruzamiento del cerdo Murciano primitivo con razas extranjeras importadas, especialmente las Yorkshire, Berkshire, Tamworth, Craonés y Alderney, además de con el Colorado Extremeño.
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado incluye al Chato Murciano en el listado de razas autóctonas amenazadas.