Se explota en pastoreo sobre praderas de distinto tipo, según época del año; debido a ello, su alimentación en los días de clima adverso o cuando las necesidades de las animales se ven incrementadas (gestación, lactación, etc.). Se complementa mediante el suministro de aprisco, generalmente a base de henos (hierba, alfalfa), pulpa de remolacha y concentrados. La importancia de esta raza reside, tanto en la propia economía, derivada de sus producciones, como en función que desempeña en el campo de la ecología, aprovechando los recursos naturales de zonas desfavorecidas y de montaña, y como reserva genética, al ser animales perfectamente adaptados a zonas de medio difícil y elevada pluviosidad. La dimensión de la explotación es reducida, estimándose en 30 el número medio de ovejas por rebaño.