Nos encontramos ante un caracol muy carnoso, de carne blanca y valorada por sus calidades culinarias, fácilmente extraíble, de un gusto exquisito. La homogeneidad de sus características lo diferencia del caracol silvestre, que no dispone de control sanitario ni garantías de sanidad.
Además, nos encontramos ante un animal muy prolífico, con una media de entre 70 y 120 huevos por puesta. Velocidad de crecimiento: entre 12 y 16 semanas. Rusticidad baja. En el plan de mejora de la raza será imprescindible mejorar para hacer un animal más productivo.
Por otro lado, el comportamiento del bover de crianza varía en función de la época del año, siguiendo los patrones biológicos anteriores a su cría en cautividad:
La hibernación, que coincide con las bajas temperaturas del invierno, así como la disminución del fotoperíodo, es una época en la que el caracol pasa una época de letargo.