La raza debe su nombre a la coloración de la capa y territorio de origen, es conocida su presencia en España desde tiempo remotos hay que admitir su origen foráneo sin acuerdo acerca del mismo.
De cualquier forma la población racial no debió ser nunca muy numerosa, sufriendo unes de su progresivo declive a lo largo del tiempo. Ligada a un sistema de explotación extensivo y valorada antiguamente por su aptitud de trabajo, se mantuvo con un escaso numero de reproductores y unida a un distintivo grupo de ganaderos. Hoy goza de un programa de conservación que obliga a reproducirla para incrementar sus efectivos sin grandes exigencias, abordando tareas que mantengan su variabilidad genética.
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España incluye a la raza bovina Blanca Cacereña en el listado de razas autóctonas amenazadas.