Desciende del Tronco Bovino del Mediterráneo Occidental, vieja rama del Bos Taurus Ibéricus, y ha mantenido a lo largo de los años su utilidad y permanencia como animal de trabajo fundamental y complementario de carne, hasta que su zona de cría fue invadida por otros bovinos llegados de zonas bajas, que penetraron en la montaña, perdiendo su cometido como motores de sangre.
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado incluye desde 1997 (año en que fue reconocida) a la raza bovina Albera en el Grupo de Razas Autóctonas en Peligro de Extinción.