Mejora genética para conservar y proteger la producción de leche de oveja del Pirineo

El 99% de la leche de estas especies sirve para la producción de quesos como el Idiazabal, Roncal y Ossau Iraty y su sistema de producción presenta valores ecosistémicos de gran valor para el territorio

La supervivencia de las razas autóctonas de ovino lechero del Pirineo occidental -Latxa en Hegoalde y Manech y Basco-Bearnesa en Iparralde- está amenazada por la presencia de otras razas con sistemas de producción más intensivos que pueden responder a la cada vez mayor producción que demanda el mercado, pero ni sus productos poseen las características amparadas por las marcas de Idiazabal, Roncal y Ossau Iraty ni sus sistemas de producción aportan a la sociedad valores ecosistémicos (como el mantenimiento del paisaje, etc.).

En este sentido, desde NEIKER han coordinado el proyecto ARDI, una iniciativa transfronteriza que apuesta por la gestión común para garantizar la conservación y mejora de la competitividad de las razas autóctonas de ovino lechero de Euskal Herria a través de la mejora genética, reforzando su asentamiento y explotación.

“Tenemos que intentar que la mayor demanda de leche sea cubierta en la medida de lo posible con la leche autóctona. Por eso, dentro de los esquemas de selección se ha venido trabajando durante muchos años tratando de identificar a los ejemplares más productivos para poder ofrecer más leche dentro del esquema de producción extensiva de estas razas”, explica Eva Ugarte, responsable del proyecto ARDI e investigadora de NEIKER.

Evaluación genómica

Para la raza Latxa, la principal innovación que ha conseguido implantar el proyecto ARDI ha sido la evaluación genómica. Para ello la colaboración con Iparralde, que ya tenía implantada este tipo se selección en la raza Manech, ha sido clave.

“Clásicamente, para identificar los mejores animales se tiene en cuenta la cantidad de leche que produce cada animal, las condiciones en las que ha producido (rebaño, época del año, número de corderos, etc.) y su árbol genealógico. Esta nueva innovación se basa en añadir una nueva fuente de información: la información molecular o genómica -obtenida con una analítica de sangre- de 50.000 puntos diferentes dentro del DNA de los animales. Se cuenta así con mucha más información y de manera más precisa”, añade Eva Ugarte.

Esta información se difunde a los propietarios ganaderos para ayudarles en la toma de decisiones sobre qué ejemplares deben utilizar como padres de generaciones sucesivas. Además, aquellos los mejores machos son incorporados a los centros de inseminación para la producción de semen y posterior reparto entre aquellas ganaderías que lo deseen.

Otro hito alcanzado en el marco del proyecto es que se ha conseguido modificar la forma en la que se identifican qué animales tienen más grasa y proteína en la leche, un dato que resulta importante ya que un 99% de la leche de estas ovejas se utiliza para la producción quesera. De esta forma, los animales se pueden seleccionar no solo por la cantidad de leche que producen, sino por el perfil de grasa y proteína de esa leche, dado que son determinantes cara a la elaboración de quesos.

Además, dentro de la iniciativa ARDI se ha avanzado en la uniformización y armonización del estándar racial y calificación mamaria de las ovejas a ambos lados del Pirineo. Es decir, se ha logrado identificar qué parámetros elegir y cómo calificarlos estableciendo un criterio de unificación, de modo que, si una oveja obtiene un 7 de nota en un parámetro, por ejemplo, ese 7 signifique lo mismo en ambos lados de la frontera. Esto es importante ya que en ambas poblaciones se buscan ubres de “buen tamaño, bien insertadas, no descolgadas del abdomen con capacidad de producir buena cantidad de leche. Asimismo, se valora que sufran pocas enfermedades, se adapten bien a las máquinas de ordeñar y sean adecuada para amamantar a los corderos”, precisa la responsable del proyecto ARDI.

Ventajas para el ecosistema

Estas innovaciones de ARDI ayudan a mejorar la competitividad de las ovejas lecheras autóctonas del Pirineo occidental, un concepto que abarca mucho más que la mera producción de leche y que comprende grandes ventajas a nivel ecosistémico a tener en cuenta a la hora de valorar lo que aportan las ovejas Latxa, Manech o Basco-Bearnesa.

“Además de una leche que permite elaborar productos de altísima calidad como el queso Idiazabal, Roncal y Ossau Iraty, estas razas ayudan a mantener actividad económica y social en el medio rural, mantienen el paisaje, limpian el monte y lo abonan, y de este modo favorecen la biodiversidad de nuestro entorno”, subraya Ugarte.

Preparándose para el futuro

Al mismo tiempo y cara al futuro, las investigaciones de los socios del proyecto están enfocadas a identificar las bases genéticas de caracteres no productivos como la robustez, la rusticidad o la capacidad de respuesta frente al cambio climático en el sector ganadería.

Tal y como aclara Ugarte, “estos animales suelen estar en los prados y montes. Si solo se realiza una selección basada en su producción de leche, podemos dejar de lado otras cualidades importantes como su adaptación a malas condiciones ambientales, su capacidad de pastoreo en el monte sin sufrir lesiones ni problemas respiratorios o de otro tipo. Básicamente necesitamos que los animales sigan siendo robustos y que se adapten bien al cambio climático”.

La iniciativa, liderada por NEIKER, ha contado con la participación francesa del INRA (Instituto Nacional de Investigación Agraria), IDELE (Instituto Ganadero) y el CDEO (Centro Departamental de Ganadería Ovina), la asociación navarra ASLANA (Asociación de Criadores de Ovino de Raza Latxa de Navarra) y ARDIEKIN (Centro de Selección e Inseminación Artificial de ovino de raza Latxa y Carranzana).

Presentación de los resultados

Los resultados del proyecto se han presentado en el Palacio Igartza en Beasain (Gipuzkoa) en un acto al que han asistido Bittor Oroz, Viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco; Itziar Gómez, consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, y Andde Sainte Marie, Consejero Regional a cargo de la montaña de la Región de la Nueva Aquitania del País Vasco francés.

Durante el acto, además de presentar los principales hitos alcanzados en el marco del proyecto, se ha firmado la constitución de la agrupación transfronteriza para continuar trabajando en el futuro en conservar y proteger los importantes beneficios de estas razas, potenciar su gestión común y su mejora genética. Este organismo está integrado por Confelac (Confederación de Asociaciones de Criadores de Ganado Ovino Latxo y Carranzano) y La Société Coopérative Agricole Centre Départamental de l´Evelage Ovin.

La agrupación tiene los retos de dinamizar la innovación y la competitividad en ambas razas, colaborar con los centros de investigación, desarrollo y formación y con las administraciones competentes en los temas que tengan interés para su objetivo, difundir los resultados e innovaciones de los programas de I+D a los ganaderos de raza Latxa, así como promover y desarrollar medidas destinadas a mejorar las razas tanto cualitativa como cuantitativamente.

Programa de cooperación transfronteriza

NEIKER, entidad pública del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco y miembro de BRTA, es el coordinador de ARDI, programado dentro de la 2ª convocatoria de proyectos de cooperación transfronteriza POCTEFA 2014-2020. En el mismo participan, además del coordinador NEIKER, los siguientes socios: INRA (Instituto Nacional de Investigación Agraria), IDELE (Instituto Ganadero), CDEO (Centro Departamental de Ganadería Ovina), ASLANA (Asociación de Criadores de Ovino de Raza Latxa de Navarra) y ARDIEKIN (Centro de Selección e Inseminación Artificial de ovino de raza Latxa y Carranzana). El presupuesto total del proyecto ha sido de 1.155.072 €, de los cuales POCTEFA subvenciona el 65%.