Ganaderos reciben los pagos de Cantabria por servicios ambientales en zonas con presencia permanente del lobo

La Consejería de Medio Ambiente destina más de 875.000 euros en el marco del Plan de Gestión del Lobo para compatibilizar la conservación de la fauna silvestre y el desarrollo económico de las zonas rurales

El Boletín Oficial de Cantabria (BOC) ha publicado la resolución de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación por la que se regula el procedimiento de concesión del pago por servicios ambientales para explotaciones de ganadería extensiva que contribuyan a la conservación de la biodiversidad en zonas con presencia del lobo en Cantabria.

De esta manera, se han concedido las subvenciones, por importe total de 875.440 euros, a 938 titulares de explotaciones profesionales de ganadería extensiva que contribuyen a la conservación de la biodiversidad en zonas con presencia permanente del lobo.

Los pagos son de concesión directa y la cuantía del pago es una prima anual por cabeza de ganado en régimen de ganadería extensiva en alguno de los municipios incluidos en la Zona 1 que contempla la zonificación del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria en vigor desde 2019, y conforme a lo establecido en el Decreto 70/2021, de 19 de agosto.

De esta manera, se abonarán 20 euros por cabeza de ganado ovino o caprino, 15 euros por cabeza de equino y 10 euros por cabeza de ganado bovino, y los ganaderos que se han acogido a este pago deben contar con explotaciones activas en alguno de los municipios de la zona 1 del Plan de Gestión.

El consejero del ramo, Pablo Palencia, ha destacado la importancia de estos pagos para que los condicionantes que la presencia de un depredador como el lobo produce en la ganadería extensiva no hagan inviable o comprometan de manera relevante el mantenimiento y mejora de esta actividad productiva en Cantabria.

Tal y como ha explicado, «los problemas que causa el lobo no sólo se limitan al hecho evidente de los daños sobre el ganado, que suponen una amenaza para la viabilidad de muchas explotaciones loberas, sino que desmotivan a aquellos jóvenes que quieren continuar con la actividad tradicional de la ganadería extensiva de sus familias y a los que se quieren instalar por primera vez en el sector primario como profesionales del sector primario».

Ha precisado que estos pagos son independientes de las indemnizaciones por daños, que se abonan en toda la región y a todos los afectados, sean o no ganaderos profesionales, y de las ayudas para la adopción de medidas preventivas, a las que pueden concurrir todos los titulares de explotaciones y para cuya concesión en régimen de concurrencia competitiva se aplican criterios de incidencia de daños, entre otros.

De esta manera, se conforma un conjunto de herramientas de apoyo al sector ganadero que, junto con el necesario control de ejemplares y el seguimiento de la especie, constituyen el núcleo del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria que el Gobierno regional quiere impulsar.

Para ello, el departamento que dirige Pablo Palencia va a insistir al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) que modifique, como ya le ha pedido la Unión Europea y la mayoría de las comunidades autónomas de España, el estatuto de protección del lobo para que pase de estar «estrictamente protegido» a «únicamente protegido», así como actualizar su marco jurídico con el fin de introducir una mayor flexibilidad en la gestión de las poblaciones loberas.

En su opinión, «Cantabria necesita volver a controlar la especie con el anterior Plan de Gestión del Lobo, que permitía la extracción de entre 19 y el 20% de la población, como sucede con éxito en otros países, como Francia, lo que nos hace estar en desventaja competitiva».

Palencia ha recordado que «está comprobado científica y técnicamente el crecimiento exponencial de la especie en los últimos años y lamentablemente ese crecimiento increíble de lobos con ejemplares en territorios donde antes no los había está causando un daño terrible sobre la ganadería extensiva y las familias que viven en el campo».