De la facultad al campo: Estudiantes de Veterinaria se convierten en pastores trashumantes

Un grupo de estudiantes de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza han acompañado a varios pastores durante la trashumancia de otoño

Un grupo de estudiantes de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, compuesto por 35 alumnos y seis profesores, han acompañado a varios pastores durante la trashumancia de otoño. Se han repartido en grupos de 10 personas y han realizado, por turnos de seis días, una trashumancia que les ha llevado desde Teruel hasta Jaén.

Gracias a los collares GPS para ovejas de la empresa española Digitanimal se ha podido hacer un seguimiento de su recorrido. La empresa de geolocalización de ganado actualizaba la localización del grupo en sus redes sociales, permitiendo que sus seguidores fuesen viendo el avance de los trashumantes.

La idea de llevar la trashumancia a la Universidad surgió hace 11 años gracias a María Ángeles Ramos, una profesora asociada a la Facultad, y a su vez, veterinaria de los pastores a los que acompañan. Dado que el mundo rural y de los pequeños rumiantes no es una rama de veterinaria de la cual los estudiantes obtengan gran conocimiento durante la carrera, María Ángeles decidió proponer la trashumancia como una actividad universitaria.

Helena Bertran, una de las estudiantes que ha participado en esta experiencia, cuenta que es una oportunidad para conocer el mundo rural desde dentro. En cada turno han podido vivir el día a día de los pastores, colaborar en el movimiento del rebaño vigilando que ninguna oveja se quede atrás, colocar las tiendas de campaña donde duermen los componentes del turno y los trashumantes, comprar y preparar la comida junto el hatero, etc. Se colabora en todo y, además, se aprovecha para tener conversaciones con los pastores que, además de ser largas e interesantes, les ayudan a aprender y profundizar más sobre este mundo.

Cuando le preguntan a Helena sobre las conclusiones que saca después de vivir la trashumancia, esta es su respuesta:

“Una vez que vivimos la vida de los pastores trashumantes, los estudiantes volvemos siendo conscientes de la imprescindible labor que realiza el mundo rural en nuestra sociedad y la importancia de mantenerlo. Volvemos habiendo vivido el sacrificio que supone la vida de un pastor extrapolable a los 365 días del año y siendo conscientes de su gran labor trashumante en relación a la conservación de los ecosistemas, puesto que las ovejas juegan un papel en la mitigación del cambio climático ingiriendo la hierba de zonas montañosas, áridas o gélidas previniendo incendios, no necesitan suplementación industrial, sus heces aportan materia orgánica a la tierra para convertirla en minerales, favorece la dispersión de semillas mediante el estiércol y también reducen la huella de carbono gracias al pisoteo de las mismas…

Este tipo de ganadería, tan poco conocida como infravalorada, que forma parte de nuestro Patrimonio Cultural Nacional y que, a día de hoy sigue tropezando entre la burocracia y otros, como el no mantenimiento de las vías pecuarias o su degeneración mediante su uso como vertederos, sigue existiendo en la ignorancia de todos.

Es por todo lo anterior que creemos que es una profesión sacrificada y poco valorada, no obstante y a pesar de los beneficios que nos aporta, la trashumancia es un tipo de ganadería que debería mantenerse por lo ya nombrado y por el bienestar de los animales que producimos”.

Desde Digitanimal  agradecen tanto a Helena como al resto de sus compañeros por haberles permitido formar parte de este viaje. También por acercar esta bonita profesión a las nuevas generaciones, haciendo que se tome conciencia de una de las actividades con mayor tradición de nuestra historia.