El primer curso de la Escuela de Pastores de Castilla-La Mancha se celebrará en Valdepeñas

Martínez Arroyo ha destacado el compromiso del Gobierno de Castilla-La Mancha con la investigación del sector agroalimentario

El primer curso de la recién creada Escuela de Pastores de Castilla-La Mancha se va a realizar en la finca ‘La Nava’ en Valdepeñas (Ciudad Real). Una infraestructura que se va a inaugurar esta misma primavera y que nace fruto de la colaboración entre el Gobierno regional y la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Manchega (AGRAMA) para mantener el rebaño nacional del ovino Manchego, gracias a la cual se lleva a cabo la mejora genética. En esta nave, de nueva construcción, se trabajará con cuestiones relacionadas con su productividad, en una raza de la que posteriormente se elabora el queso manchego.
 
El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, así lo ha indicado de forma previa a la celebración del Comité de Dirección del Instituto del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (IRIAF), entidad que preside, en Tomelloso. En el transcurso de la reunión se ha analizado la situación de este organismo que cuenta con una inversión de más de nueve millones de euros, una muestra clara de la apuesta del Gobierno regional por la investigación, siendo un pilar fundamental para el sector agroalimentario.
 
Además de la nave de ‘La Nava’, que ha sido calificado como un “hito entre la administración y el sector privado para la protección de esta raza”, Martínez Arroyo se ha referido a otros dos ejemplos de la actividad que se realiza desde el IRIAF.
 
En este sentido, ha destacado los avances en la planta de ‘Clamber’ de Puertollano, donde ya se ha conseguido, a través de la colaboración público-privada, la fabricación de bioplástico a partir de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. Un producto, ahora en pruebas, que acabará en los campos de los cultivos bajo plástico, como el melón o la sandía, referentes en la comarca de La Mancha. Con ello, ha subrayado el consejero, “conseguimos cerrar el círculo de la economía circular utilizando la fracción orgánica de los propios alimentos que consumimos para elaborar los bioplásticos que nos servirán para volver a elaborar alimentos”.
 
En tercer lugar, Martínez Arroyo ha puesto en valor el compromiso del Gobierno regional a través de este centro de investigación de Tomelloso con el desarrollo de proyectos piloto en el sector agrario y agroalimentario. En total, se han presentado a la convocatoria diez iniciativas, que se encuentran ya a punto de resolverse y que entroncan con tres productos muy representativos de la región, como las plantas aromáticas, el pistacho o la nuez de Nerpio. Gracias a estos proyectos, ha explicado el titular de Agricultura, “podemos mejorar la caracterización de sus productos, la comercialización y el conocimiento por parte de los consumidores. Y eso es lo que supone la investigación aplicada a la realidad económica de Castilla-La Mancha”.