Mª del Carmen García: «La ganadería extensiva no solo trata de animales, sino también de historias escritas por generaciones de pastores en peligro de extinción»

La directora de la OCA de Baza ha concedido una entrevista a FEAGAS con motivo de su exposición fotográfica sobre la trashumancia en FIGAN

María del Carmen García Moreno, directora de la OCA de Baza, ha concedido una entrevista a FEAGAS con motivo de su exposición fotográfica sobre la trashumancia, Las razas autóctonas en la trashumancia y en la gestión del territorio, que podrá visitarse en el espacio Todos en FIGAN de la Feria Internacional para la Producción Animal de Zaragoza.

Licenciada en Veterinaria y funcionaria del Cuerpo Superior Facultativo de la Junta de Andalucía, actualmente desempeña el puesto de directora de la Oficina Comarcal Agraria de Baza. Ha trabajado en distintos ámbitos de la disciplina veterinaria tanto en la empresa privada (ADSG, Centro de Innovación, GDR, etc) como en diferentes puestos en la administración y ha colaborado en multitud de proyectos nacionales e internacionales (Chile, Cuba, México, Marruecos, Argentina). Además, cuenta con una amplia experiencia como docente y también ha desarrollado una gran cantidad de actividades de asistencia técnica.

¿Por qué ha elegido el tema de la trashumancia de las razas autóctonas para su exposición?

Porque la trashumancia es la búsqueda de la eterna primavera y algo tan bonito tenía que generar imágenes bonitas. Además, la trashumancia ha constituido una parte importante de la historia de España. Como hechos históricos importantes os diré que la trashumancia se remonta probablemente a las migraciones de los herbívoros salvajes, antes de la domesticación neolítica, pero tiene su reconocimiento legal cuando Alfonso X en 1273 creó el Honrado Concejo de la Mesta donde se regulaba la anchura legal de las vías pecuarias (que todavía hoy subsiste a lo largo de 125.000 kilómetros y más de 400.000 has. de suelo público en la Península Ibérica). Hay que destacar la importancia de la ganadería en la historia de España con dos ejemplos: el primero es que en el siglo XIV la lana era el único producto que generaba divisa en España y el segundo, es que en el siglo XVII la lana era el único producto español que cotizaba en la bolsa de Amsterdam. Os pongo en situación de su importancia histórica porque desgraciadamente hoy en día es casi residual e inexistente y se corre el riesgo de que se pierdan tanto esta práctica ancestral como nuestras razas ganaderas asociadas a ella.

¿Cómo surgió la idea de hacer las fotografías?

Mi afición a la fotografía surge porque antes de aprobar las oposiciones del Cuerpo Superior Facultativo de Veterinaria de la Junta de Andalucía, yo trabajaba de veterinaria de ADS y muchas veces cuando le contaba a mis amigos lo que hacía para llegar a ciertas explotaciones (como montar en burro, quedarme atrapada en la nieve, atascada en un camino, etc) no se lo creían. Por ese motivo empecé con la fotografía, para poder mostrárselo gráficamente. Todo eso, unido a que una época de mi vida fue dolorosa y me hacía bien hacer fotos (porque me ayudaba a respirar), contribuyó a que me pusiese manos a la obra. Me marqué un objetivo: ¿de cuántas maneras se puede fotografiar la ganadería y qué pueden comunicar tales imágenes? El resultado de ese objetivo es que, en primer lugar, dio tranquilidad a mi vida. En segundo lugar, llegué a la conclusión que «la ganadería extensiva» no solo trata de animales, sino también de historias escritas por generaciones de pastores en peligro de extinción y que gestionan territorios de alto valor ambiental. En tercer lugar (y no menos importante) es que mi aprendizaje sobre la ganadería es continuo en todas esas horas que dedico a la espera, a la escucha y al caminar con los pastores para realizar la mejor foto y con esas fotos, intentar conseguir que la sociedad tome conciencia de su importancia.

¿Cuánto tiempo le ha llevado conseguir las imágenes que componen la muestra?

Desde el año 2003 estoy fotografiando a los pastores trashumantes. Normalmente solicito vacaciones una semana en primavera y otra semana en otoño para acompañar a los trashumantes por las vías pecuarias de España. También muchas tardes, muchos fines de semana… Mucho tiempo de mi vida y muchos kilómetros, pero lo hago encantada porque soy afortunada de tener una profesión que adoro y a la que le dedico mucho tiempo, veterinaria, y la fotografía la complementa porque hace que me fije en los detalles (los gestos, las miradas, las escuchas) y hace que tome “alma” mi profesión.

¿Dónde se han realizado las instantáneas?

Principalmente en la provincia de Jaén porque es allí donde todavía se mueven aproximadamente unas 25.000 cabezas de ganado. También he fotografiado a los ganaderos que bajan de Teruel por la Cañada Real Conquense (en sus dos ramales), las que pasan por Córdoba, por Extremadura, por Granada, por Madrid, por Cádiz y por muchos otros lugares. Pensad que todos los pueblos de España tienen vías pecuarias y que por ellas transita (o ha transitado) el ganado trashumante. Las vías pecuarias en España son como el sistema circulatorio de nuestro organismo y en algunos “órganos” son especialmente significativas. Pensad que en España hay 50 localidades o pueblos que en su nombre contienen la palabra Cañada y seis que contienen la palabra vereda por la importancia del paso de la ganadería por sus términos.

Lo triste de acompañar a los trashumantes durante estos 13 años ha sido ver como han ido desapareciendo ganaderos y especies autóctonas en peligro de extinción que hacían trashumancia. Muchos ganaderos se han jubilado, otros han muerto, algunas cañadas activas hasta hace muy poco han dejado de estarlo, y cuando me pongo a repasar imágenes me duelen algunas de ellas porque ya no podría repetirlas. También durante estos 13 años he fotografiado a un mismo pastor haciendo trashumancia año tras año, para ver su evolución, aunque creo que mi subconsciente quería ver más su envejecimiento porque sé que no tendrá relevo generacional. Es triste ver como una práctica mantenida por bisabuelo, abuelo y padre se perderá en cuestión de cuatro o cinco años… (son los años que le quedan al pastor para jubilarse). Para mí, historias como esta, son la parte dolorosa de la fotografía, aunque reconozco que esas imágenes, esas fotos, harán eternas esas prácticas ganaderas y no caerán en el olvido. Eso me consuela.

¿Cuál es el principal objetivo de la exposición?

Visibilizar esta parte de nuestro patrimonio: la trashumancia y las razas ganaderas autóctonas. La trashumancia es una “camino” unido al conocimiento del medio y de la gestión del territorio y eso tiene que llegar a la sociedad. Hay que crear conciencia. Siempre he pensado que no se valora lo que no se conoce y una buena forma de que se conozca y ponerlo en valor es a través de la fotografía.

¿Ha expuesto con anterioridad? ¿Dónde?

Sí. He expuesto con anterioridad. Lo he hecho en la Universidad Internacional de Andalucía (sede Antonio Machado), en Jaén, en Cazorla, en Cúllar… También a través de diferentes conferencias sobre trashumancia donde han destacado las imágenes sobre las palabras. De una u otra manera, siempre he puesto en valor la trashumancia y las razas ganaderas autóctonas en muchas ciudades de España y también del extranjero como en México, en Chile, en Marruecos…

¿Ha realizado alguna exposición diferente sobre algún tema relacionado con la ganadería?

Sí. He realizado una exposición de la Oveja Montesina porque en muchas ocasiones he acompañado a su secretario ejecutivo a visitar explotaciones y para mí era inevitable fotografiar esos animales y esas formas de vida. Y como os digo intento fotografiar la ganadería extensiva en todas sus posibles variables.

¿Qué piensa sobre la ganadería y la gestión del territorio?

Que no se puede pensar el uno sin el otro. Es la relación de amor más dependiente que existe. La ganadería extensiva gestiona territorios de alto valor ambiental como es nuestra Red Natura y eso hay que ponerlo en valor. No hay que olvidar (y siempre lo digo) que la ganadería extensiva se realiza con diferentes especies y razas ganaderas autóctonas (muchas en peligro de extinción) que generan una importante actividad económica, constituyendo un elemento modelador y conservador del paisaje, a la vez que combina una sabia utilización de los recursos naturales (pastizal, razas ganaderas y biodiversidad) con los conocimientos locales sobre los usos del tiempo y del territorio, en perfecta armonía con el medio ambiente.

¿Cómo ve su participación en FIGAN?

A título personal es un orgullo que cuenten conmigo, pero sobre todas las cosas me parece una de las mejores oportunidades para que la gente que visite FIGAN conozca esta realidad que todavía acontece y que pongan en valor esta parte de patrimonio más desconocido: la trashumancia y nuestras razas ganaderas autóctonas y por supuesto, la gestión del territorio de alto valor ambiental que realizan.

¿Tiene previsto exponer en otras ferias ganaderas? ¿En cuáles?

En abril estaré en Barcelona en el Congreso de la Sociedad Española del Estudio de los Pastos y también estaré en el IFAPA de la Mojonera. Por ahora estos son los compromisos más inmediatos.

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