Día Internacional del Burro, una fecha para resaltar la importancia de esta especie

Desde FEAGAS nos sumamos a la celebración de este día, que se conmemora el 8 de mayo, para contribuir a la difusión de información las dos razas autóctonas de esta especie representadas en nuestra federación

Mañana, sábado 8 de mayo, se celebra el Día Internacional del Burro, una fecha que sirve para resaltar la importancia de esta especie y para reivindicar el papel que los burros, también llamados asnos, han tenido (y tienen) en la vida del hombre.

El asno, burro o equus asinus, como se le denomina científicamente, es un animal doméstico que tradicionalmente ha colaborado con los humanos en tareas relacionadas con la agricultura, la carga o el transporte. En la actualidad, y como consecuencia de la mecanización de las labores de las que solía ocuparse, los ejemplares pertenecientes a las razas autóctonas equino asnales españolas han visto disminuido su censo de manera notable, lo que ha provocado que estén catalogadas como razas en peligro de extinción.

Desde la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto (FEAGAS) queremos sumarnos a la celebración de este día y contribuir a la difusión de información sobre la especie equino asnal, que está representada en nuestra federación a través de dos razas autóctonas en peligro de extinción: la raza Andaluza y la raza Zamorano-Leonesa.

La raza Andaluza recibe su nombre que recibe su nombre de la Comunidad Autónoma de Andalucía, de la que procede. Deriva del asno egipcio introducido posiblemente por los camitas o íberos en la Península Ibérica.

Fundamentalmente destinada a labores de carga por caminos agrestes y la producción mulatera, con la mecanización de la campiña su censo sufrió una regresión importante, quedando relegada a pocos ganaderos de la campiña sevillana y cordobesa y a un núcleo reproductivo en la yeguada Militar de Écija. La mecanización de la campiña cordobesa originó su desaparición con tanta o mayor celeridad que el tiempo que necesitó para su consolidación y expansión.

Es una raza robusta pero de gran resistencia y rusticidad, por lo que tradicionalmente ha sido utilizada para el transporte de cosechas en terrenos de difícil tránsito. Muy adaptada a su medio, donde destaca por su frugalidad, que marca la alimentación de esta raza, basada en el aprovechamiento de los recursos pastables de áreas marginales con pastos de escasa calidad, y con la administración de paja de cereal durante la estación estival.

Se caracterizan por ser animales de gran alzada, con una altura mínima a la cruz de entre 145 cm. los machos y 135 cm. las hembras, conformación robusta y armónica en ambos sexos.

Cabeza algo descarnada, expresiva, dando impresión de energía y resistencia. Tronco entre paralelas y extremidades recias con gran desarrollo del hueso y las articulaciones, lo que le permite desarrollar una aptitud mecánica airosa y decidida. Carácter equilibrado y apacible, pero desenvuelto.

Capa torda (rucia) desde clara a oscura, y frecuentemente rodada con tendencia a la pérdida de pigmentación del pelo negro. Pelo corto, fino, bien asentado y suave al tacto, en invierno más grueso y basto. Piel fina y ajustada de color oscuro.

 La raza Zamorano-Leonesa recibe su nombre de las provincias donde mayor importancia ha tenido, Zamora y León, pertenecientes a la Comunidad Autónoma de Castilla y León.

Procede del tronco común a otros asnos europeos Equus asinus europeus, en concreto a aquellos que se hallan extendidos por las regiones del sur de Europa, principalmente la cuenca Mediterránea, e incluyendo razas asnales de la mitad del norte de España.

Su capacidad para transmitir sus caracteres ha favorecido su contribución en la formación de otras razas asnales, como la de Poitou o el gran asno americano. La mecanización del campo y la pérdida de interés en la producción mulatera tuvo un efecto notable en su censo, iniciándose fundamentalmente a partir del año 1996 las labores de recuperación.

Los animales de esta especie siempre han estado vinculados a zonas rurales y al ámbito doméstico, por lo que al ser relegados de sus tareas habituales gracias a los avances tecnológicos, se perdió el interés en su reproducción.

Para que no desaparezcan hay que abrir horizontes e intentar buscar nuevas tareas que puedan llevarse a cabo con los asnos, uno de los puntos que se está promoviendo desde la Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamorano-Leonesa (ASZAL), que tiene varios proyectos en marcha para fomentar el uso de estos animales en otros ámbitos, como la organización de jornadas y paseos de turismo rural, sesiones de terapia con asnos, ordeño de burras para hacer jabón con la leche obtenida e incluso burros pastores para proteger rebaños de rumiantes contra el lobo.

Aún queda mucho por hacer en la protección del burro, y no solo en el plano del número de ejemplares, que ha de continuar aumentando, sino en la normalización de su figura como animal de ocio y, también, como aliado del hombre para estas nuevas tareas que tanto se alejan de las labores primarias para las que eran utilizados.

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