Los ácidos orgánicos como antifúngicos en el pienso

La versión completa de este artículo técnico está disponible en el número 45 de la revista de la Real Federación, a partir de la página 151

La contaminación fúngica es un problema mundial que tiene consecuencias a distintos niveles. En este trabajo se evalúa la actividad antifúngica de los ácidos orgánicos adicionados al pienso suplementado con una cepa probiótica valorando así mismo si se presenta una reducción de la viabilidad de esta debido a la adición de los ácidos orgánicos.

Introducción

La contaminación fúngica en los piensos es un problema que provoca diferentes pérdidas. Entre ellas encontramos las sanitarias ya que debido al consumo de piensos contaminados se aporta en la literatura más de 600 millones de casos que manifiestan patologías y que representan unas 420.000 muertes anuales a nivel mundial.1 Otra consecuencia es a nivel económico ya que se calcula que entre el 5 y el 10% de la producción se ve afectada lo que conlleva una pérdida de unos 200 millones de euros solo en el oeste de Europa.2 Y, finalmente, esta contaminación provoca una pérdida nutricional del producto.3

Las especies principales de hongos filamentosos que causan esta contaminación se incluyen en los géneros Aspergillus, Penicillium y Fusarium que son los principales productores de micotoxinas.

Por tanto, estos hongos no solo pueden causar micosis, sino que también pueden desencadenar procesos de micotoxicosis. Los efectos de las micotoxinas varían en función de su origen y composición química.

Además, cabe destacar que los animales que ingieren piensos contaminados con micotoxinas son capaces en muchos casos de acumularlas fundamentalmente a nivel de órganos o musculatura, pudiendo representar un problema sanitario a las personas que consuman productos derivados de estos animales. Debe tenerse en cuenta que las micotoxinas presentan una gran estabilidad a tratamientos térmicos y químicos lo que implica que sean resistentes a tratamientos culinarios.

Uno de los grupos de antifúngicos más utilizados son los ácidos orgánicos. Entre ellos destacan los producidos por las bacterias del ácido láctico, siendo parcialmente responsables de la capacidad antimicrobiana de este grupo de microorganismos.

El objetivo del estudio es evaluar si la adición en el pienso de estos microorganismos y/o de ácidos orgánicos pueden disminuir la presencia de enterobacterias y de hongos filamentosos y a su vez si estos ácidos afectan la viabilidad de la cepa probiótica adicionada al pienso.

Este artículo, firmado por Yuste A y Arosemena EL, del Grupo de Investigación en Microbiología Aplicada y Medioambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Calvo A, Marcelo JA y Calvo MA, de la Granja Cal Jep, Castellfollit del Boix (Barcelona), está disponible de manera íntegra en la revista número 45 de la Real Federación, a partir de la página 151.

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