Estudio de las razas bovinas de Córcega y Cerdeña desde una óptica ibérica

La versión completa de este artículo técnico está disponible en el número 44 de la revista de la Real Federación, a partir de la página 60

La zona interior de la península Ibérica es la cuna de un tipo de ganado muy primitivo de coloración negra, que incluimos dentro del TRONCO NEGRO IBÉRICO. Este ganado se extiende, sobre todo por las comarcas serranas de la cordillera Ibérica, entre Burgos y Teruel, y por el Sistema Central, desde Guadalajara hasta Ávila. Un territorio montañoso, que se comportó hasta hace pocas décadas como una auténtica cápsula del tiempo, en la que se mantuvieron fosilizadas y prácticamente inalteradas formas de vida y de manejo del ganado muy primitivas que nos llevan hasta varios siglos atrás. Hoy todo ha cambiado, pero gracias a este fenómeno histórico, somos capaces de escribir este trabajo.

El primitivo ganado que se explotó en este territorio conservaba las características morfológicas de su antepasado salvaje, el uro. Entre las varias causas que pueden explicar este arcaísmo zootécnico podemos destacar la ancestral costumbre de utilizar el yugo cornal, una modalidad que requería de fuertes cuernos para aparejar las reses. En contraposición a otros territorios donde históricamente se utilizaba el yugo yugular que se enganchaba al animal a través del cuello.

Tampoco debe menospreciarse otro aspecto que contribuyó al arcaísmo de estas reses: las sociedades antiguas del mundo mediterráneo nunca fuimos grandes consumidoras de leche de vaca. Las necesidades de leche siempre se satisficieron con la cría de cabras y en menos medida de ovejas. Todavía hoy, la mayoría de países mediterráneos estamos mejor adaptados para consumir la proteína de la leche de cabra que la de vaca. Este hecho, a priori poco importante, permitió que se ejerciera poca presión selectiva en esta dirección sobre el ganado vacuno.

El principal uso que se dio al ganado serrano del interior de España fue su capacidad para el trabajo, dada su tremendísima fuerza tanto para labranza de la tierra, la explotación forestal o como animal de empuje para el transporte de mercancías. De hecho, en España existió una organización especializada en el transporte, que tenía sus raíces en la Edad Media y que gozaba de los favores del Rey. Nos estamos refiriendo a la Junta y Hermandad de la Real Cabaña de Carreteros.

Formas de vida parecidas a las anteriores fueron habituales en Córcega y Cerdeña hasta finales del siglo XIX y este hecho ayuda a explicar la pervivencia en estas islas de un tipo de ganado muy similar al de España.

Este artículo, firmado por Santiago Álvarez Bartolomé, está disponible de manera íntegra en la revista número 44 de la Real Federación, a partir de la página 60.

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